jeudi 29 mars 2007

Papiroflexia mágica


Compararía el ejercicio de escribir en este blog, a hacerlo en una cuartilla, doblándola hasta conseguir formar un avión que gracias a un impulso mágico lograse sobrevolar miles de kilómetros sin llegar a aterrizar nunca.

Ahora reconozco que este espacio aspira a ser leído por vosotros: lectores casuales, turistas de íntimos rincones, navegantes de emociones desconocidas.
A que incluso halléis en él algún sentimiento compartido, quizás también confortables sensaciones, o simplemente amables sonrisas, que de alguna manera os comprometa emocionalmente a volver de nuevo y recorrer con curiosidad los objetivos de mi “dulce melancolía”, de mi persona.

En definitiva sólo pretendo agradar, compartir, reflexionar con un puñado de palabras torpes pero fieles a mi forma de ver y de sentir, que lejos de ser un ejemplo para nada ni nadie, al menos son honestas y sinceras.

Este lugar, en su infinita inocencia y humildad, se cree capaz de aportar un minúsculo grano de arena y conmover a quienes como yo, crean que todo no está escrito, que algo más se puede añadir para no acabar con todo el amor y la belleza con la que nació el mundo, reivindicando la verdad, y la bondad que aún nos pueda quedar para intentar que la vida no parezca poco a poco, un laberinto hacia un inevitable y desalentador holocausto personal.

Y en esa ardua labor me encuentro, ilusionada, mirando de vez en cuando a mi alrededor para comprobar quiénes de vosotros me acompañan, queriendo pensar que cada “puntito rojo” pueda ser reflejo de no caminar sola.
Y acompañando a quien me encuentro por el camino.

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