¿Quién no busca una amor así? Un amor que dure para siempre, esa clase de amor tan trágico sin el cual no puedes vivir, sin el cual crees ahogarte. ¿Es ese el amor que necesitamos? ¿Es ese el amor que nos hará felices?
También es cierto que no todos tienen ese tipo de necesidad de amor. No sé si es una cuestión de carácter, de madurez, de edad, pero lo cierto es que hay gente que necesita un amor más tranquilo y estable.
Yo creo que el perfecto amor, si es que existe, es aquel amor inadecuado que primero te arrolla y luego te ahoga, para de repente volverte a la vida, y convertirse poco a poco en ese amor tranquilo y estable, con la madurez propia de quien sabe donde está y lo que quiere.
El amor no es sólo tener una pareja que te quiera y tú la quieras; porque el amor no es completo si no tenemos con quien compartirlo y quien nos recuerde lo afortunados que somos por tenerlo.
Puede que, quizá, sea una avariciosa de amor. Yo prefiero pensar que soy adicta al romance, aunque prefiera disfrutarlo en dosis pequeñas. Me gustan todos esos preliminares estúpidos y tontos, propios de quinceañeros. Me gustan todos los juegos con los que se inicia el cortejo: las miradas, los roces, las sonrisas, los celos, los miedos,... Me gustan los besos interminables que hace que me tiemblen las rodillas, y que mientras me besan me acaricien la mejilla.
Aparentemente no son grandes cosas, y sin embargo, es lo más difícil de encontrar. Es esto lo que me gusta; es esto lo que necesito.
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